Las
organizaciones que aprenden
Las
organizaciones que aprende como “la organización en que la persona no puede
dejar de aprender porque el aprendizaje es parte del tejido cotidiano"
(9); asimismo, expresa que es "un grupo de personas que continuamente
refuerzan su capacidad de crear lo que ellos quieren crear". En
definitiva, la organización de aprendizaje es aquella organización con una
filosofía engranada para la anticipación, reacción y respuesta al cambio, la
complejidad y la incertidumbre. El concepto de organización de aprendizaje va
en aumento dado la complejidad creciente y la incertidumbre del ambiente
organizacional, como el mismo Peter Senge (1990) señala: "La proporción a
la que las organizaciones aprenden puede volverse la única fuente sustentable
de ventaja competitiva" (9). Las empresas que prosperan en el tiempo,
plantea, son las “organizaciones inteligentes”, es decir aquellos grupos de
personas que alinean talentos y capacidades para aprender a triunfar en
conjunto y lograr los resultados deseados, aun frente a escenarios cambiantes.
Con un enfoque de pensamiento sistémico, Senge alienta a ampliar el campo de
observación de las organizaciones para comprender complejidades e
interacciones. Mientras que la visión tradicional de las empresas era la de
fenómenos parcelados independientes entre sí, el enfoque sistémico propone
pensar en totalidades y hacer conexiones, buscando puntos de mejora o
apalancamientos que restablezcan el equilibrio del sistema y le permitan
volverse abierto al aprendizaje y la auto superación.
Así, el aprendizaje organizacional requiere de un
desarrollo a largo plazo tanto de los individuos como de sus empresas.
Las
cinco disciplinas que propone Senge son:
• Dominio o excelencia personal, para manejar la tensión entre las aspiraciones
y la realidad y prepararse para tomar mejores decisiones.
• Reconocimiento de los modelos mentales que
determinan nuestro modo de percibir el mundo, actuar y sentir, y que por ser
inconscientes no suelen revisarse.
• Generación de una visión compartida que oriente la acción
de individuos y grupos hacia objetivos y futuros comunes.
• Trabajo en equipo, basado en comunicación, interacción y alineación de
talentos para que los resultados sean mayores que la suma de los aportes
individuales.
• Enfoque sistémico para ser capaces de reconocer
interacciones que puedan conducir a mejoras significativas y duraderas, es
decir buscar soluciones de fondo a los problemas y no atacar sólo los
emergentes o síntomas.
Así
las organizaciones inteligentes son un ámbito donde la gente descubre cómo
crear su realidad y cómo pueden modificarla. Las organizaciones inteligentes
parten del principio del Aprendizaje Organizacional de que la gente tiene la
capacidad de aprendizaje en todos los niveles de la organización.
Las organizaciones que llegan a asumir este
criterio tendrán éxito y posición en el futuro, como una comunidad que se
dispone al aprendizaje, superando barreras que impidan la misión y el aprender
en los miembros de la organización. Las barreras que se le pueden plantear a
una organización están referidas a las siguientes experiencias: las personas
sólo se centran en su puesto, el enemigo externo bien sea una persona o un
factor viene a ser considerado el culpable de los fracasos, la ilusión de hacerse
cargo de los problemas para darles solución en forma personal, la fijación de
los hechos que ocurren y no en los que subyacen a las estructuras, así como en
el conocimiento de las causas, la ilusión de que con la experiencia se aprende,
es decir, por ensayo y error; y por último, el temor del equipo administrativo
que no se aporta ideas por miedo al fracaso.
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